Aunque su formación académica no ha tenido nada que ver con el arte sino con la jurisprudencia, siempre se ha sentido atraído por el mundo artístico.
Atracción heredada de su abuelo pintor y de su madre crítica de arte. Al final el arte pudo más que el derecho, la pasión pudo más que la practicidad e inició su carrera artística.
Empezó haciendo fotografías de naturaleza, más desde un punto de vista artístico y estético que documental. No le importaba si lo que estaba fotografiando era un alcatraz o un flamenco, sino la carga poética de la imagen. Fotografiaba la naturaleza de un modo intimista.
La fotografía de la naturaleza le sirvió de aprendizaje y le ayudo a desarrollar dos cualidades imprescindibles para todo fotógrafo: visión personal y capacidad de síntesis.
Se introdujo en el mundo de la fotografía conceptual por su vocación literaria. Al cultivar géneros como el aforismo o la greguería, se dio cuenta de que alguna de sus metáforas podría llevarlas a la plástica. Y así lo hizo en el ámbito de la fotografía para terminar haciéndolo con posterioridad en el de la escultura.